La industria automovilística española sufrió una doble sacudida en forma de expedientes de regulación de empleo (ERE), con sus respectivos epicentros en Zaragoza y en Barcelona. Las dos alemanas Opel y Volkswagen han coincidido, cada una por su parte, en plantear ajustes de plantilla que afectarán a más de 15.000 empleados entre los dos grupos.
En el caso de la capital aragonesa, Opel España ha planteado un expediente de suspensión de empleo en la planta zaragozana de Figueruelas ante la situación del mercado y las ventas por las que este año la factoría zaragozana produciría en torno a las 280.000 unidades frente a las 480.000 de su capacidad productiva y unas previsiones en Europa no muy favorables para los próximos años.
El nuevo expediente de suspensión afectará a toda la plantilla y empezaría a aplicarse a partir de este mes de julio, fecha en la que finalizaba el actual expediente que se estaba aplicando en la factoría. El ERE, cuyo período de aplicación se extendería inicialmente hasta el mes de agosto de 2014, se ejecutará en función de las necesidades de producción mensual de la planta.
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