Lunes lluvioso y frío en Madrid. El Casino de la callé Alcalá acoge a la aristocracia empresarial, agrupada en el Instituto de la Empresa Familia (IEF). La asociación celebra su asamblea anual de socios y, como invitado de excepción, recibe al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, apenas días después de que la economía española tocara los 6,2 millones de parados. “Nunca he hablado de brotes verdes”, lanzó el líder popular. Y la élite empresarial no le dio razones para que los vislumbre a corto plazo. Al punto que, según una consulta efectuada por la asociación entre los suyos, sólo un 14% de los principales empresarios de este país prevé incrementar su plantilla en los próximos doce meses. Un porcentaje desolador.
De hecho, un 37% no da por terminados los ajustes y prevé despedir trabajadores; al menos, un 35% asegura que mantendrá su plantel, mientras que un 14% adicional afirma que reaccionará en función de la demanda. La opinión es más que relevante. El IEF, tradicionalmente vinculado al gran empresariado catalán, asocia a casi un centenar de empresas que facturan 169.000 millones de euros al año y suponen un 26% del producto interior bruto (PIB) nacional si se contabilizan sus asociaciones territoriales. En sus filas se integran nombres ilustres como Rodés, Lara, Carulla, Puig, Andic, Roig o Polanco, con participación de la mayoría de ellos en sus órganos directivos. Pese a todo, su actual presidente, José Manuel Entrecanales, puso en valor que el 64% de las compañías tienen previsto invertir en España en 2013.
Tal vez ese sea el único dato alentador de la consulta sobre temas de interés que suele efectuar el Instituto al final de sus asambleas o congresos. Si en el año 2012, en plena llegada del Partido Popular al poder, los socios puntuaban con un 4,8 (de un máximo de nueve) la situación política, ahora apenas le conceden una nota de 2,2 puntos. Del casi aprobado al muy deficiente. Toda una decepción. Por el contrario, el entorno económico no da sobresaltos. Eso sí, para mal; no ha alcanzado una calificación de tres en los últimos cuatro años. Un sentimiento lógico teniendo en cuenta que un 50% de los empresarios consultados no espera incrementar sus ventas en el presente ejercicio.
Con estas previsiones, ¿tocará fondo la economía española en 2013? Tres de cada cuatro empresarios estiman que no existen indicios para pensarlo. Un porcentaje que se incrementa respecto a 2012, cuando sólo un 66% era pesimista. No es de extrañar que el 48% adelante que su empresa no tiene previsto repartir dividendos sobre los resultados del año pasado, cuando apenas un 33% confesaba no tenerlo en perspectiva en el ejercicio anterior. Las previsiones aprobadas por el Gobierno el pasado viernes para su remisión a Bruselas dentro del Programa de Estabilidad permitían constatar que la tasa de paro no bajará durante toda la legislatura: se situará en el 25,8% en 2015 y en el 24,8% en 2016.
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