Los empleados implicados en expedientes de regulación de empleo crecieron un 45,8% en 2012.
Desde el inicio de la crisis alrededor de 180.000 empresas han tenido que cerrar sus puertas en España, la mayoría pymes. Sin embargo, la situación para muchas de las que han conseguido sobrevivir no es fácil, ya que se han visto obligadas a intentar ajustar sus balances con fuertes recortes de plantilla.
De hecho, desde 2008 y hasta noviembre de 2012, un total de 1,7 millones de personas se han visto afectadas por expedientes de regulación de empleo (ERE), según las estadísticas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Desde 2002, este tipo de reestructuración afectaba cada año a una media de 66.386 trabajadores, sin embargo en 2008 esta cifra se duplicó hasta los 148.088 empleados. Sin duda, lo peor estaba por llegar, ya que en 2009 el número de expedientes creció un 204,22 por ciento respecto al año anterior. Aun así, la cifra que le coronó como el año negro de las regulaciones de empleo, fue el número de afectados. 549.282 personas, el más alto hasta la fecha.
Desde este año fatídico para la industria española, la tendencia fue a la baja, así el número de trabajadores que se veían implicados en un expediente de regulación rondaba cada año los 300.000. Pero cuando parecía que ya habíamos tocado fondo, las cifras de 2012 volvieron a incrementarse. Concretamente, el número de empleados afectados creció un 45,8 por ciento el año pasado, hasta los 406.810 afectados.
Teniendo en cuenta la magnitud de estas cifras es fácil adivinar que muy pocos sectores han logrado desvincularse de esta tendencia que desde hace algunos años se ha implantado en la industria española.
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