Las dos líneas rojas de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, la prestación por desempleo y las pensiones, corren peligro. La indeseada evolución del paro, que en agosto sumó 38.179 personas a las listas del antiguo INEM y dejó a la Seguridad Social por debajo de la barrera psicológica de los 17 millones, ha dinamitado los planes presupuestarios del Gobierno, que preveían que la partida destinada al pago de prestaciones por desempleo caería un 5,5 por ciento respecto a 2011.
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